Hoy es el día internacional de voluntariado. Es complicado saber cuantos voluntarios hay en España. En europa se habla de que 3 de cada 10 personas ejercen algún tipo de voluntariado. Si extrapolamos esa cifra a España, nos saldrían unos 11 millones de voluntarios. Esto evidentemente es falso y es que es muy complicado contar el número de voluntarios (no existe ninguna base de datos nacional). Los estudios hablan de entre 1 y casi 3 millones de voluntarios. A pesar de la diferencia respecto a la media no deja de llamarme la atención esa cifra. Echémosle 2 millones. 2 millones de personas que voluntariamente, y sin ningún tipo de beneficio económico (que de otro tipo sí que hay, y mucho) dedican parte de su (escaso) tiempo a ayudar a los demás, acompañando, escuchando, enseñando, etc. Un país este en el que cada día 2 de millones de personas ven programas como «Sálvame», y en el que cada fin de semana millones de personas siguen partidos de fútbol. Ambas cosas totalmente respetables (bueno, la primera no mucho) y totalmente compatibles con el voluntariado. Un país denominado «de pandereta». Por eso me alegra saber que hay tantas personas que se preocupan por los demás. Y no solo eso, el 42% de estas personas son jóvenes y otro alto porcentaje jubilados. Es curioso… a los primeros se les/nos tacha, en demasiadas ocasiones, de vagos, egoistas y edonistas. Respecto a los jubilados me maravilla pensar que alguien que ha dedicado toda su vida a trabajar, a cuidar de sus hijos y ahora de sus nietos sea capaz de sacar tiempo para ayudar a los demás. Esto datos me hacen recuperar un poco la fe en la humanidad que, por otra parte, banqueros, políticos y fanáticos se encargan de minar todos los días.

En una sociedad cada vez más consumista, donde las portadas las ocupan estrellas de pop, modelos despampanantes y falsos dioses del fútbol, es maravilloso que sigan existiendo personas que no se dejan llevar por la corriente. Personas que de una u otra forma ayudan en tareas no siempre agradables y en situaciones muy duras.

Sé que suena a tópico pero lo que recibes es mucho más de lo que das. Tampoco hay que engañar a nadie, no siempre es fácil. Primero porque cada vez tenemos menos tiempo para nosotros mismos, y nuestro egoismo innato muchas veces nos empuja a querer disfrutar de ese tiempo en nuestras cosas (aunque luego muchas veces no lo dediquemos a nada en concreto). Segundo porque implica enfrentarse a una situación desconocida, algo que no controlamos y que no sabemos si lo haremos bien. Y tercero por desconocimiento. Si todo el mundo supiera qué se puede aprender de una experiencia así habría cola para apuntarse. Estoy seguro.

En mi opinión un voluntariado hace mejor a las personas, las hace más humanas y más conscientes de que la vida no es de color de rosa, que hay otras realidades y que mucha gente lo pasa realmente mal.

Espero que en este mundo regido por especuladores, grandes lobbys, multinacionales y políticos y banqueros corruptos, seamos la gente normal la que consigamos humanizarlo; poco a poco, sin prisa pero sin pausa.

Un dejo una entrada de un blog muy interesante:

http://www.cafebabel.es/article/27595/ser-voluntario-europa-ayudar-gente-ong-altruismo.html