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Director: Fritz Lang
Guión: Thea von Harbou y Fritz Lang
Reparto: Gustav Fröhlich, Brigitte Helm, Alfred Abel, Rudolf Klein-Rogge, Fritz Rasp, Theodor Loos, Heinrich George, Fritz Alberti, Grete Berger, Heinrich Gotho, Georg John, Olaf Storm
Año: 1926
Sinopsis
En el año 2026, en la ciudad de Metrópolis la sociedad está escindida en dos clases, los que tienen el poder y los medios de producción, que viven en lujosos rascacielos y los trabajadores, condenados a un duro trabajo y a vivir en condiciones infrahumanas.
Freder (Alfred Abel), el hijo de Joh Fredersen (Gustav Frohlich), la persona que controla la ciudad a su voluntad, descubrirá los duros aspectos laborales de los obreros y simpatizará con sus propuestas reivindicativas, enamorándose de María (Brigitte Helm), una especie de santa venerada por los trabajadores que aconseja el amor y la no violencia para solucionar sus problemas. El malvado Fredersen, que contempla el discurso de Maria junto al inventor Rotwang (Rudolf Klein-Rogge), le encarga la fabricación de un robot idéntico a la muchacha para que la sustituya y propague un mensaje de violencia.
Opinión personal
[OJO, SPOILERS]
Al igual que con Blade Runner, y dentro del #RetoDistópico propuesto por greenpeeptoes en su blog me he atrevido con este clásico de la ciencia-ficción y las distopías.
He de reconocer que ver esta película me daba por una parte respeto y por otra no tenía muchas expectativas. No obstante es una obra de hace casi 100 años.
«Metrópolis» fue concebida y filmada en un periodo de entreguerras; un periodo de especial dureza en alemania y con nuevas ideologías como el marxismo o el nacionalsocialismo germinando en la vieja Europa. Es por esto que muchos buscan el mensaje político en ella. Sin embargo, Fritz Lang dijo en una ocasión que no estaba especialmente interesado en dicho mensaje. A él lo que le interesaba era la imagen. No obstante, si uno ve la película no puede evitar hacer símiles. La más clara es la crítica al marxismo, encarnada en la maldad del robot dirigiendo a las masas de obreros y consiguiendo empeorar su propia situación (ya de por sí deplorable). Otros dicen que se ve una clara alusión a la organización social del nacionalsocialismo (representado por la colaboración entre clases y el corporativismo) pero yo no la veo tan clara (aunque Thea von Harbou, mujer de Lang y principal guionista, simpatizó más adelante con el partido Nazi).
Más allá de mensajes políticos, la película tiene aspectos muy interesantes y, sobre todo, novedosos para la época. Tan novedosos de hecho que la cinta no tuvo especial éxito en un momento en el que la ciencia ficción estaba en pañales. Una estética muy cuidada de la ciudad (inspirada en un viaje de Lang a Nueva York), unos efectos especiales avanzados para la época y planos y juegos de cámara preciosos (especialmente memorable la escena inicial del cambio de turno de los obreros y la escena de la máquina engullendo obreros).
No es fácil mantener la atención del espectador de hoy en día con una película muda como esta y sin embargo, Metrópolis, lo consigue.
Como principal punto «negativo» hablaría de lo infantil de la cinta. Y lo pongo entrecomillado porque estamos hablando de una época en la que hablar de distopías ya era bastante avanzado. Además, los años 20 alemanes fueron tan duros que uno entiende ese mensaje final de esperanza.
Conclusión
Clásico del expresionismo alemán interesante y sorprendente que sin embargo no es para todo el mundo.
Nota: 8/10
Madre mía, tengo incluso que desempolvar la memoria. Recuerdo haberlo disfrutado pensando lo mal que envejecen este tipo de historias. Y ahora en cambio muchas veces las busco, como si fuera una suerte de lectura vintage en la que compruebo y me sonrío por los derroteros que hemos seguido.
De hecho con la última obra que lo hice fue con Ubik, libro que, si no has leído, te recomiendo.
Besos
Anda, Ubik lo tenía olvidado. No lo he leído y recuerdo haberlo apuntado en alguna parte… la verdad es que muchas envejecen mal, pero resulta curioso ver cómo «Metrópolis» lo hace mejor que películas posteriores.
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